Crisis del coronavirus

El Covid se disparó en los puentes pese a los cierres perimetrales impuestos por Sánchez

cierres perimetrales
Gráfico de la evolución de la velocidad de transmisión (Rt) del virus en España.

La evolución de una pandemia puede estudiarse a través de muchos factores. Pero uno de los más significativos para los epidemiólogos es la velocidad de transmisión del virus. El llamado índice ‘Rt’. Un análisis de los picos de este indicador permite sacar una conclusión: el virus cogió ‘fuerza’ justo tras los cierres perimetrales impuestos por el Gobierno de Pedro Sánchez a los puentes festivos.

España cumple estos días su segunda Semana Santa ‘confinada’. La de 2020, en plena primera ola, con la población encerrada en sus hogares. Esta, de 2021, con la prohibición de no salir de la provincia. La oposición al Gobierno de Sánchez viene denunciando desde hace meses que estos cierres no tienen ninguna base científica. Es más, que resultan incluso contraproducentes en aquellos territorios de gran densidad de población. Zonas como Madrid, que se opone a este tipo de medidas. Y los datos parecen darle la razón.

El puente del 12 de octubre, el de la festividad del Pilar, Madrid quedó cerrada por orden gubernamental. Hizo falta una declaración exprés del estado de alarma  por parte de Moncloa. Días antes, Sanidad intentó cerrar la región con una orden ministerial firmada por Salvador Illa. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid tumbó la orden, alegando que era de inferior rango que el estatuto de autonomía de la Comunidad. Otras nueve autonomías también aplicaron cierres perimetrales esos días.

Sin embargo, las cifras de la velocidad de transmisión en esas fechas, lejos de desplomarse como debería haber ocurrido si los cierres fuesen una herramienta efectiva, aumentaron. Es más, puede comprobarse que justo una semana después del cierre del puente del Pilar se produjo un pico en esa curva de ‘Rt’: el 20 de octubre el Instituto de Salud Carlos III notificó una velocidad de transmisión del virus de 1,26.

No fue un hecho aislado. Dos meses más tarde, el Gobierno -ya con un estado de alarma decretado para toda España-, impuso el cierre del puente de la Constitución. Una semana más tarde, el 15 de diciembre, se produjo un nuevo ‘pico’ de esta tasa: se alcanzó una ‘Rt’ de 1.23.

Estos dos registros fueron los más altos de todos los que se registraron en España durante la segunda ola. El siguiente ‘pico’ ya corresponde a enero de 2021, en plena tercera ola. El virus cogió fuerza y velocidad justo entre 5 y 7 días después de un puente festivo en el que las comunidades estuvieron cerradas. Un periodo de tiempo que encaja en las medias de días desde el contagio a la notificación. La incubación.

Mayor densidad, más contagios

Cerrar un territorio con una alta densidad de población no sólo no reduce los casos, sino que los aumenta. Esa es la base científica a la que se agarran los epidemiólogos de la Comunidad de Madrid para oponerse a este tipo de cierres. Una hipótesis fundada en un estudio científico que maneja el Gobierno de Díaz Ayuso y que ha desvelado OKDIARIO recientemente.

El estudio se titula Las características demográficas y de salud pública explican gran parte de la variabilidad en la mortalidad por COVID-19 entre países, publicado en la revista European Journal of Public Health que divulga la Universidad de Oxford en nombre de la Asociación Europea de Salud Pública.

Esta tesis analiza diversos factores que han contribuido al aumento de la mortalidad por Covid-19 elaborando un modelo que explica el 67% de la variabilidad de la mortalidad por la pandemia entre países.

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